General

El tendón de Aquiles es el tendón más grande del cuerpo. Conecta los dos músculos principales de la pantorrilla, el gastrocnemio y el sóleo, con el hueso del talón (el calcáneo). Las lesiones comunes del tendón de Aquiles incluyen tendinitis (inflamación), tendinosis (degeneración) y ruptura.

Tendinitis

La tendinitis de Aquiles suele deberse al uso excesivo durante el trabajo o las actividades deportivas. La vaina que rodea el tendón (el paratenón) puede hincharse. Los síntomas incluyen dolor ardiente y sensibilidad durante o después de la actividad. La afección puede volverse crónica sin tratamiento y sin reposo.

Tendinosis

La tendinosis también proviene del uso excesivo, pero a diferencia de la tendinitis, es crónica y degenerativa. El estrés continuo produce microdesgarros y una ruptura del problema de colágeno dentro del tendón de Aquiles. La afección suele ser dolorosa y puede reducir la fuerza y ​​la movilidad del tendón.

Ruptura (desgarro)

Un tendón de Aquiles puede romperse debido al uso excesivo o una lesión, como un golpe directo en la parte inferior de la pierna o el tobillo. Por lo general, se desgarra cuando la pantorrilla se contrae mientras una fuerza externa la estira. Los síntomas incluyen dolor intenso y un chasquido en el momento de la lesión, seguido de hinchazón e incapacidad para pararse o señalar con los dedos de los pies.

Tratamiento

Para la tendinitis y la tendinosis, el tratamiento incluye reposo, hielo, analgésicos de venta libre y fisioterapia. Las elevaciones de talón, que elevan el talón y disminuyen la tensión en el tendón de Aquiles, suelen ser muy útiles. Ocasionalmente se recomienda la inmovilización con una bota para caminar o un yeso. Las roturas se tratan con cirugía, un yeso o ambos.

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