General
La osteoartritis, también llamada artritis degenerativa, es una degradación gradual del cartílago de las articulaciones. El cartílago es un tejido conectivo resistente y flexible que protege los extremos de los huesos en las articulaciones. La osteoartritis del hombro puede afectar gravemente el estilo de vida de una persona.

Osteoartritis del hombroCausas y factores de riesgo
La osteoartritis se desarrolla comúnmente como resultado del desgaste del envejecimiento. También frecuentemente resulta de lesión traumática en la articulación. La osteoartritis del hombro es más común en las personas mayores, en las mujeres y en las personas que tienen ocupaciones que aumentan el estrés en el hombro. Las personas que tienen ciertas enfermedades, deformidades óseas o una predisposición genética también corren mayor riesgo.

Progresión
En un hombro sano, la cabeza del húmero está cubierta por una capa de cartílago. El cartílago sano permite que el hueso se deslice suavemente dentro de la articulación. Pero en un hombro con osteoartritis, este cartílago empieza a deteriorarse y se desgastan. Movimientos repetitivos o lesiones pueden acelerar este deterioro. Eventualmente, el hueso del húmero puede frotar directamente contra el hueso de la cavidad del hombro.

Formación de los huesos
Este roce puede causar el crecimiento gradual de protuberancias óseas a lo largo del borde de la articulación. Estas protuberancias, llamadas espolones óseos (u osteofitos), pueden causar dolor en las articulaciones.

Síntomas
Los síntomas de la osteoartritis del hombro pueden incluir dolor en el hombro y el brazo. El movimiento puede aumentar este dolor. El hombro puede sentirse sensible cuando se aplica presión. La persona puede experimentar una sensación de rechinamiento al mover el brazo. El hombro puede sentirse rígido y esta rigidez puede interferir con el rango de movimiento del brazo.

Tratamiento
Las opciones de tratamiento dependen de la severidad de la artritis. En las primeras etapas, el hombro puede tratarse con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, inyecciones de corticosteroides y terapia física. Si estos métodos no son útiles y si el hombro continúa deteriorándose, es posible que se necesite una cirugía para reparar o reemplazar la articulación.